Durante la jornada se dictaron cuatro talleres diseñados para despertar la curiosidad y la imaginación:
- Pócimas mágicas, con experiencias de laboratorio.
- Collage digital, para explorar el arte en la era tecnológica.
- Calabazas 3D, combinando tradición y diseño.
- Los cuatro elementos: sahumos, una propuesta que conectó con lo espiritual y lo ancestral.
El director de Innovación Educativa, Pablo Almirón, agradeció a los visitantes por “demostrar su creatividad, especialmente a través de sus disfraces, que llenaron el espacio de alegría y color”. El esperado desfile de disfraces culminó con la entrega de presentes a los más destacados de la tarde.
Uno de los momentos especiales fue la presentación del grupo Estocolmo, integrado por siete adolescentes que desde hace un año utilizan las instalaciones del Centro para ensayar.
“Entre almas y calabazas” dejó en claro que innovar también es reconocer nuestras raíces y compartirlas con orgullo.