Un marco multitudinario de hinchas siguió minuto a minuto las incidencias de la electrizante final del Mundial de Fútbol en la Ciudad Cultural, donde el Ministerio de Cultura y Turismo instaló una pantalla gigante.
El aliento al equipo de Scaloni, a pesar de los momentos difíciles del encuentro, fue incansable en una tarde colmada de tanta felicidad como sufrimiento, pero finalmente coronada por la dicha de vivir la merecidísima consagración del combinado nacional sobre el seleccionado de Francia.
Más tarde, los festejos se volcaron en la Plaza Belgrano, que como ocurrió a lo largo del torneo, se convirtió en el centro de una convocatoria deslumbrante y espontánea.
Las calles de San Salvador de Jujuy, al igual que las de muchas ciudades y pueblos del interior jujeño, se vistieron del celeste y blanco de camisetas, banderas, sombreros y vuvuzelas, en medio de las ensordecedoras expresiones de júbilo de un pueblo inmensamente feliz.
