Por ello, la Preparación Integral para el Nacimiento (PIN) que se lleva adelante en cualquier efector de salud que realice el control de embarazo, parto y puerperio, hoy además con una Guía actualizada para el trabajo que desarrollan los equipos interdisciplinarios en la provincia, resulta clave.
Esta herramienta facilita que la persona embarazada y su familia puedan empoderarse en sus derechos en el conocimiento de los cambios que se aproximan. La preparación física, el acceso a información, la posibilidad de poner en palabras las emociones, sentirse en compañía permiten que el proceso sea llevado adelante con el mayor bienestar posible. Las personas gestantes, identificadas como mujeres o identidades LGBTI+, deben ser protagonistas de su propio parto con información clara, suficiente y adecuada. Prevenir factores de riesgo y promover factores protectores son pilares sanitarios que impactan directamente en la morbi-mortalidad de la población gestante y en la persona recién nacida.
Además, la evidencia a lo largo de los años da cuenta que la participación en la PIN acorta el trabajo de parto, disminuye el sufrimiento fetal intraparto, mejora el vínculo entre la persona gestante y el recién nacido e involucra también a los acompañantes para una corresponsabilidad en la posterior crianza.