En sectores elevados, con el tanque se asegura una buena presión del agua, adecuada tanto para el baño como para un correcto funcionamiento de electrodomésticos como lavadoras, calentadores de agua y sistemas de riego.
Desde el punto de vista del consumo, cada familia puede tener un mayor control sobre su gasto al almacenar líquido durante horas de baja demanda y utilizando esta reserva cuando sea necesario.
Además, un punto fundamental que cumple este reservorio del recurso hídrico es que su mantenimiento contribuye a mejorar la calidad del agua al permitir la sedimentación de partículas y al prevenir la entrada de contaminantes externos.
La importancia de la limpieza y mantenimiento
La limpieza del tanque de agua, mínimo dos veces al año, es esencial para garantizar la salubridad, seguridad y eficiencia del suministro de agua en los hogares. Además, ayuda a mantener la integridad del sistema de abastecimiento y contribuye a la calidad de vida.
Un tanque limpio previene la proliferación de bacterias, hongos, algas y otros microorganismos que pueden causar enfermedades. El agua contaminada puede ser un vehículo para patógenos que afecten la salud.
Los pasos a seguir para un mantenimiento correcto del tanque son:
- Cerrar la llave de entrada al tanque para desagotarlo posteriormente
- Limpiar la tapa, paredes y piso
- Llenar con agua hasta la mitad y agregar solución desinfectante (cada 500 litros de agua, agregar 250cm3 de lavandina)
- Desinfectar y cepillar con esta solución tanto el tanque como la tapa
- Una vez desinfectado el tanque, desagotarlo completamente del agua con la solución
- Llenar el tanque con agua limpia y escurrir hasta que salga sin olor y sin gusto
- Haciendo este proceso cada 6 meses te aseguras consumir agua en la mejor calidad, tal cual sale de la planta potabilizadora