La funcionaria dijo también que, según la información técnica relevada por los biólogos de la secretaría que lidera, las vicuñas presentaron un excelente estado sanitario. “Esto refleja –destacó- la calidad de la pastura y la alimentación disponible en la región”.
En este sentido, cabe recordar que las esquilas también permitieron un cambio de percepción de las comunidades respecto a las vicuñas. Durante muchos años fueron consideradas competidoras por la pastura de ganado, pero ahora son vistas como un recurso valioso que puede ofrecer posibilidades de desarrollo de las economías locales.
“Muchos años antes las comunidades consideraban a la vicuña como una amenaza, mientras que en los últimos años han pasado a ser vistas como un beneficio. Este cambio de perspectiva es crucial para la conservación de la especie, que ha cobrado un lugar destacado en la agenda comunitaria”, ponderó la secretaria Ana Rodríguez.
Y puso de relieve además que incluso algunas comunidades han decidido destinar partes de su territorio exclusivamente para la conservación de las vicuñas, evitando la permanencia de animales domésticos en estas zonas protegidas. Este proceso no solo beneficia a las vicuñas, sino que también promueve un desarrollo sostenible y una relación armónica entre las comunidades y su entorno natural.
Finalmente, cabe señalar que la secretaría de Biodiversidad y Desarrollo Sustentable, a través de la dirección de Biodiversidad y Áreas Protegidas que conduce Malvina Quintana, participó en la fiscalización del proceso, junto con las comunidades vicuñeras de Yavi, y el INTA Abra Pampa, brindando asistencia veterinaria y esquiladores; y las respectivas comisiones municipales.
Las comunidades por su parte colaboran con recursos humanos y materiales. Durante los chakus, se respetaron todas las pautas de bienestar tanto humano como animal, controlando meticulosamente las condiciones de cada ejemplar a esquilar, incluyendo peso, edad, longitud de la fibra, estado sanitario general, entre otros.