“El frío modifica la fisiología normal de respuesta de defensa del aparato respiratorio; esto significa que aumenta el moco, y se convierte en un caldo de cultivo donde crecen los gérmenes que, sumado al uso de calefacción, a los ambientes cerrados permanentemente, facilita la propagación de los virus”, concluyó Otero.
Las enfermedades respiratorias son ocasionadas en su mayoría por virus que se transmiten de persona a persona a través de las gotitas de saliva al toser o estornudar y pueden afectar oídos, nariz, garganta y pulmones. El contagio también puede ocurrir por contacto con superficies u objetos contaminados como picaportes, barandas de escaleras o de transporte público, mesas o escritorios y utensilios de uso personal como vasos, cubiertos o mate, entre otros.
Para evitar complicaciones a raíz de un cuadro respiratorio es clave la consulta cuando se manifiesta:
- Fiebre mayor o igual a 38°
- Dolor de garganta con una evolución de 4 a 5 días
- Respiración agitada y con ruido
En bebés y niños pequeños, se debe acudir a consulta frente a irritabilidad, llanto persistente, aleteo nasal con dificultad respiratoria, dificultad para alimentarse y/o rechazo al alimento.
Cómo prevenir y controlar la transmisión de las infecciones respiratorias
- Mantener completos los esquemas de vacunación frente a Covid-19, influenza, neumococo y otros virus respiratorios
- Ventilar adecuadamente los ambientes
- Realizar lavado frecuente de manos con agua y jabón
- Cubrir la boca y la nariz al toser o estornudar con el pliegue del codo
- Evitar compartir artículos personales como vasos, mates, cubiertos y utensilios
- Descartar pañuelos de papel inmediatamente después de usarlos
- En el caso de bebés, mantener la lactancia materna
- No exponer a niñas y niños al humo del tabaco, braseros o estufas a leña