Se representa como un valor numérico expresado en milímetros de mercurio (mmHg) que está compuesto por dos cifras: la Presión Arterial Sistólica “PAS” (comúnmente llamada “máxima”) y Presión Arterial Diastólica “PAD” (comúnmente llamada “mínima”).
Cuando estos valores se elevan por encima de 140/90 mmHg de manera sostenida, estamos en presencia de presión arterial alta o hipertensión arterial (HTA) por la que la persona deberá acceder a tratamiento farmacológico que asegure calidad de vida.
¿Cuáles son las causas de la HTA?
La hipertensión está relacionada con diferentes factores:
• Edad: a mayor edad, mayor riesgo de hipertensión
• Antecedentes familiares: padres/madres o hermanos/hermanas con HTA
• Obesidad y sobrepeso
• Sedentarismo
• Consumo excesivo de sal y de alcohol
• Tabaquismo
En cualquiera de los casos, la incorporación de hábitos saludables como cuidar la alimentación, realizar actividad física de forma periódica y reducir el consumo de sal y de alimentos procesados ricos en sodio son herramientas para prevenir o retrasar en el tiempo el desarrollo de la enfermedad a la vez que, de manifestarse, contribuirán a mejorar su control.
Además umplir con el chequeo de salud y medir la presión arterial al menos una vez al año son acciones indispensables frente a la HTA.
Dia Mundial de la Hipertensión
Cada 17 de mayo se conmemora la jornada destinada a sensibilizar a la población sobre su impacto en la salud de las personas, con particular incidencia en accidentes cerebrovasculares, enfermedad renal e incluso enfermedad de la aorta.
En tanto, la diabetes y la enfermedad renal crónica constituyen condiciones que aumentan el riesgo de sufrir eventos cardio y cerebrovasculares en personas con hipertensión arterial, requiriendo que esta población requiera controles aún más estrictos.
Se estima que más del 90% de las personas con HTA necesitarán tomar medicación de por vida para controlar sus valores de presión arterial y así reducir el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
Además, la hipertensión aumenta el riesgo de transitar formas graves de COVID-19, gripe o neumonía.
Recomendaciones
• Mantener un peso saludable.
• Reducir y/o suprimir el consumo y uso de sal de mesa: retirar el salero a la hora de comer es una buena alternativa.
• Limitar el agregado de sal al preparar comidas: puede reemplazarse por condimentos como pimienta, perejil, ají, pimentón, orégano, ajo, limón, entre otros.
• Limitar la ingesta de alimentos como fiambres, embutidos y procesados como caldos, sopas instantáneas y conservas.
• Reducir y/o evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
• Consumir abundante cantidad de frutas y verduras frescas..
• Evitar el tabaquismo.
• Realizar actividad física periódica: al menos 30 minutos por día.
• Cumplir con los chequeos de salud al menos una vez al año.